sábado, 31 de diciembre de 2011

Mirada atrás. Repaso del año.

2011 se acaba, apenas quedan unas horas para que comience un año nuevo. Y yo quiero hacer un repaso de los últimos doce meses. Parece mentira todo lo que hemos pasado, tanto juntos como por separado.
Amores imposibles, comeduras de cabeza, estupideces varias que me hicieron daño y que ahora miro sin que me afecten lo más mínimo.
Amistades que empezaron de una forma jamás imaginable y, al mismo tiempo, amistades que terminaron, risas que acabaron, enfados por tonterías. Soy estúpida, hemos roto tantas cosas grandes por chorradas… Pero ya no hay vuelta atrás, la hoja está pasada, seguiremos de otra forma.
Risas en los bares, en la playa, en la calle, en clase, en casa. Amigos que te apoyan, que te animan a seguir, amigos con los que pasar una tarde, amigos con los que pasar una vida. Amigos con los que llorar y reír, amigos en los que confiar. Tantos momentos juntos, tantos sueños puestos en común. Cuántas lágrimas pérdidas en grupo, pero aún más sonrisas cálidas en las que apoyarte.
Amistades que poco a poco se transforman en otra cosa, gente que pasa de no significar nada a ser importante en tu día a día. Un beso, un roce, una mirada. Las cosas más simples nos han hecho felices este año.
Gente que ya no está con nosotros, que se fueron a otro mundo, que se perdieron en el infinito pero que, en el fondo, siguen estando con nosotros. No podemos olvidarnos de ellos porque eso sí que significaría su muerte. Mientras sigamos pensando en ellos, se mantendrán a nuestro lado.
Es increíble la de vueltas que nos ha dado este 2011, es increíble lo rápido que ha pasado todo, es increíble que las cosas hayan cambiado tanto en un solo año, en doce simples meses, en 365 días. Ha habido tantos momentos que desearía olvidar… Pero muchos más que quisiera poder recordar siempre.
Un año acaba aquí pero la vida sigue, las cosas no se paran, nos espera un año nuevo, nos esperan más lágrimas y risas, nos esperan más momentos inolvidables, nos espera todo. Nos espera un 2012 cargado de momentos, doce meses de vida más están aquí y no podemos desaprovecharlos.
Quiero desearte un feliz año nuevo, un año que venga cargado de sorpresas para ti y para los tuyos, un año en el que sigamos juntos, luchando por eso que queremos, apoyándonos en los malos momentos y riéndonos sin parar. Quiero desearte que tu 2012 sea aún mejor que mi 2011, porque ha sido un año lleno de buenos momentos, con algún que otro bache, pero siempre he tenido a alguien cerca que me ha podido ayudar. Gracias por todo lo que hemos vivido juntos, gracias por este 2011. Pero soy egoísta, quiero más, quiero que también pasemos un gran 2012 juntos.

[E.Bueno]

jueves, 29 de diciembre de 2011

Confesiones de invierno.

- Cada alma es un mundo entero. El alma de cada persona reside en su corazón. En el alma de una persona están guardados sus secretos y temores jamás confesados, sus deseos más profundos y sus mayores debilidades. Cuando nos enamoramos damos nuestro corazón a otra persona, le entregamos nuestra alma y, con ella, todos nuestros secretos, temores, deseos y debilidades quedan al descubierto. Dos personas enamoradas no tienen la necesidad de hablar para entenderse. A dos personas enamoradas les basta con una mirada para decirlo todo. Y es que cuando te enamoras de alguien tu alma se funde con la suya, vuestros corazones se unen para formar uno más grande, más poderoso. Un corazón indestructible. Bueno, miento. Un corazón que solo vosotros mismos podréis dañar. Pero hay que tener cuidado con él, pues si se destruye el dolor será indescriptible, enorme, os dejará hechos polvo y os reducirá a cenizas.
- Si es verdad eso que dices me he equivocado muchas veces. Nunca he estado enamorada de verdad, nunca he vivido nada parecido, nunca he llegado a tener esa compenetración con nadie. Nunca he formado un corazón indestructible. He querido a mucha gente, he pensado que me había enamorado muchas veces, pero estoy completamente segura de que nunca me he enamorado de nadie.
- No pasa nada. Te queda mucha vida, mucho tiempo por delante para enamorarte y engañarte, para sufrir y volver a enamorarte, para formar corazones y deshacerlos y volver a construirlos de nuevo. 
- Puede que tengas razón…
- Puede que algún día hasta podamos hacer uno nosotros dos, juntos…
- ¿Cómo has dicho?
- Nada, nada, no he dicho nada…


[E.Bueno]

jueves, 22 de diciembre de 2011

Volverán las oscuras golondrinas.

Volverán las oscuras golondrinas 
en tu balcón sus nidos a colgar, 
y otra vez con el ala a sus cristales 
jugando llamarán. 

Pero aquellas que el vuelo refrenaban 
tu hermosura y mi dicha a contemplar, 
aquellas que aprendieron nuestros nombres... 
¡esas... no volverán! 

Volverán las tupidas madreselvas 
de tu jardín las tapias a escalar, 
y otra vez a la tarde aún más hermosas 
sus flores se abrirán. 

Pero aquellas, cuajadas de rocío 
cuyas gotas mirábamos temblar 
y caer como lágrimas del día... 
¡esas... no volverán! 

Volverán del amor en tus oídos 
las palabras ardientes a sonar; 
tu corazón de su profundo sueño 
tal vez despertará. 

Pero mudo y absorto y de rodillas 
como se adora a Dios ante su altar, 
como yo te he querido...; desengáñate, 
¡así... no te querrán!


[Gustavo Adolfo Bécquer]

lunes, 12 de diciembre de 2011

Tengo un sueño.

Ya nadie lucha por el resto de la gente, a nadie le importan ya los demás. Todos cuidamos nuestro culo, defendemos a quien nos interesa sin pensar en otra cosa que en los beneficios que sacaremos. Somos ovejas que siguen a un pastor sin saber a dónde van. Somos ovejas que siguen al rebaño, que siguen a dos o tres líderes que nos mueven a su antojo. Somos animales, ganado sin valor, la vida humana ya no tiene importancia. Importa aparentar, importa sacar lo máximo. Importan demasiado algunas cosas y carecen de sentido otras mejores. No hacemos nada, somos corderitos. Pero ahora digo yo, los corderos se pueden rebelar, los corderos pueden gritar, los corderos unidos pueden vencer a los líderes malvados. Y levantarse, luchar, pelear por lo que quieren, protestar, no callar, reñir, argumentar, estallar, no aguantar, terminar. 
A veces tragamos demasiado, a veces chupamos lo inchupable, a veces aguantamos lo que no deberíamos. Pasamos una vez, y dos, y tres. Y nadie dice nada, miramos a otro lado, hacemos como que no oímos nada. Pero ya está bien. Vamos a gritar, hagámonos oír, gritemos juntos para que el mensaje llegue más lejos, hagamos fuerza, empujemos, peleemos por lo que de verdad importa. Que nadie se quede fuera, que todos sean iguales, que de verdad haya igualdad, que a nadie le falte de nada, que todos se ayuden a todos.
Puede que sea un sueño demasiado fantástico, que yo sea demasiado soñadora, pero por ahí hay que empezar. Soñemos juntos. Porque como dijo una vez Martin Luther King “Tengo un sueño. Tengo un sueño en el que un día sobre las colinas rojas de Georgia los hijos de quienes fueron esclavos y los hijos de quienes fueron propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad”.
Yo también tengo un sueño. Tengo un sueño en el que todos luchamos juntos contra la injusticia, tengo un sueño en el que desaparecen las diferencias, tengo un sueño difícil de realizar pero no imposible de lograr. Tengo un sueño que llevará siglos conseguir llevar a cabo. Pero por algo se empieza y nosotros podemos empezar desde aquí.

[E.Bueno]

domingo, 11 de diciembre de 2011

La perfección.

Juan. Bruno. Alberto. Luis. Miguel. Carlos. Rubén. Alejandro. Sergio. Javier. Daniel. David. Pablo. Adrian. Saúl. Nicolás. Marcos. Óscar. César. Pedro. Diego. Lucas. Ángel. Rodrigo. Christian. Gabriel. Pelayo. Jaime. José. Héctor. Iván. Fidel. Borja. Guillermo. Andrés. Víctor. Jonathan. Kevin. Hugo. Jesús. Omar. Nahuel. Arturo. Enol. Germán. Ismael. Raúl. Alan. Antonio. Manuel. Francisco. Martín. Podría estar siglos diciendo nombres y no encontraría a la persona perfecta. La perfección no existe. Nadie es perfecto. Todo el mundo tienes sus manías, sus complejos, sus defectos. Sin embargo, son esos defectos los que hacen que cada día esa persona te guste más. Son sus manías aquellas que te hacen sonreír. Son sus pequeños defectos esos que hacen más grandes todavía sus cualidades. Esa mezcla de defectos y cualidades, ese revuelto de manías y virtudes es lo que hace a esa persona ser tan especial. Es eso lo que hace que tu corazón dé un vuelco cada vez que se acerca a él. Es eso lo que te hace sonreír pese a haber tenido un día de perros. Es eso lo que te hace pensar que no puede haber persona más perfecta en el mundo.
Sí, lo sé, es un poco contradictorio que los defectos de alguien le hagan perfecto, pero así lo veo yo. La absoluta perfección no existe, da igual como te llames o quien seas. Nunca serás perfecto para todo el que te vea, nunca serás del gusto de todos, solo podrás ser perfecto para alguien especial, para alguien que vea en tus defectos algo encantador, para alguien que vea en tus manías lo que nadie más puede ver.
Por eso te digo que tú para mí eres perfecto. Por tus manías, por tus defectos, por tus sonrisas. Porque son esas cosas pequeñas las que hacen bonito el conjunto entero.

[E.Bueno]

domingo, 4 de diciembre de 2011

Juegos en el portal.

Noto tu mano viajar por mi espalda. Poco a poco, despacito, probándome. La noto subir y bajar, tocar y acariciar. Suave, cálida, dulce, buscando, vagando por donde nunca antes lo había hecho nadie. Me tocas, investigas, descubres secretos ocultos durante tanto tiempo. Te acercas más y más. Se me eriza el vello de la nuca, se me acelera el corazón, algo me golpea en la tripa. Y te aprieto, te quiero más cerca, junto a mí, pegado, tocando, subiendo y bajando, buscando, riendo, soñando.
Tengo miedo, mucho miedo. Preguntas, dudas. ¿Qué somos? ¿Qué es esto? ¿A qué jugamos? ¿Nos estaremos equivocando? Muevo la cabeza, no quiero pensar, ahora mismo sólo quiero seguir jugando.
Mis manos temblorosas te buscan, te acercan, te tocan, nerviosas. Siento tu respiración en mi cuello, tu calor en mi cuerpo. Cierro los ojos. Me besas despacio, me haces cosquillas, me acaricias el pelo, me coges en cuello. ¿Qué hacemos? No, he dicho que hoy no pensaría.
La gente nos mira, la lluvia nos moja, la luna nos cuida. La luz de la farola se refleja en tu pelo mojado. Es tarde, muy tarde. Pero aquí estamos; jóvenes los dos, inocente yo. Tú con tu mirada pícara. Yo temblando de arriba abajo, mordiéndome el labio. Soñando con los ojos abiertos, haciendo nuestra la noche, sin importarnos el frío.
Y tu mano que sigue, insistiendo, subiendo, tocándome, apretándome. Cada vez estás más cerca, te siento mío, me dejo llevar. Y sonrío cohibida, vergonzosa, inocente, patosa. Quiero parar el tiempo, que te quedes junto a mí un poco más, que nunca den en punto y que no te tengas que marchar. Y me uno al juego, te sigo, te muerdo, te toco. Delicada, dulce, juguetona al fin.
Un “quédate conmigo” se me escapa de los labios. Más que una orden, un ruego. Pero no puede ser. Un último beso, una larga despedida, una mirada que dice todo y nada. Un susurro en el oído, un “nos vemos pronto, preciosa”. Un “te quiero”. Mi “te quiero”.

[E.Bueno]

martes, 22 de noviembre de 2011

La felicidad.


No siempre la felicidad reside en grandes sucesos. A veces no nos damos cuenta de que algunas cosas pequeñitas nos hacen tan felices, o incluso más, que otras mayores. Y pensamos que no sirve de nada un susurro de apoyo al oído, débil y, al mismo tiempo, fuerte. Despreciamos una tarde de domingo en pijama, con el pelo recogido en una coleta mal hecha, sentados en el sofá y viendo, sin ninguna preocupación, la película que echan en la tele. Nos parece banal chocar con una niñita que corre a buscar a su mamá cuando, con prisa, atravesamos el parque, y menospreciamos todos los recuerdos que se nos vienen a la cabeza gracias a ella. No valoramos lo suficiente una mirada cariñosa, dulce, sincera, cómplice. No le dedicamos tiempo a las sonrisas especiales, sonrisas hermosas, con desperfectos pero aún así brillantes, alegres, pícaras. Las caricias no nos parecen lo suficientemente importantes como para dedicarles tiempo.
Perdemos el tiempo buscando la felicidad en cosas grandes, en proyectos enormes, y nos olvidamos de que todo empieza por las cosas pequeñas. Nos olvidamos de lo felices que podemos ser tomando un chocolate caliente en diciembre, con unas verdaderas amigas, riéndonos de cualquier chorrada e intentando calentar las manos con la cálida taza. Miramos con desprecio a aquellos que afirman que su felicidad está en levantarse tarde, en saltar sobre la cama, en romper las reglas, en rodar por la hierba y mancharse de barro. Queremos ir de maduros y no nos damos cuenta que es en la infancia cuando más felices somos, que es entonces cuando lo hacemos todo porque no nos importan los demás, queremos crecer demasiado pronto, no nos damos cuenta de que quizá de mayores querremos volver a ser pequeños.
Todos tenemos un momento especial, un momento no muy extraordinario o fuera de lo común, pero sí hermoso y feliz. Por eso, nunca me olvidaré de esos paseos por la playa con mi mejor amiga. Unos paseos interminables y al mismo tiempo demasiado cortos, en los que hablamos despreocupadamente de todo y de nada al mismo tiempo, comiéndonos un helado, riéndonos cuando una de las dos se mancha de chocolate. Son esa clase de momentos cuando sentimos que, verdaderamente, si estiramos una mano podremos llegar a tocar el cielo.

[E.Bueno]

jueves, 10 de noviembre de 2011

Los cuentos de hadas.

Todos los cuentos empiezan por “Érase una vez…” y terminan por “…y vivieron felices y comieron perdices”. Todos ellos suceden en “un país muy lejano” “hace mucho, muchísimo tiempo”. En todos los cuentos hay una princesita en apuros, una niña dulce que debe esperar a su príncipe para que le saque las castañas del fuego. Nunca, repito, nunca en un cuento, la chica deberá valerse por sí misma. Cuanto más inútil sea, mejor. En un cuento, la protagonista deberá esperar; bien, sentada, dormida o limpiando, a que llegue un hombre hecho y derecho, un valiente capaz de luchar contra dragones, contra brujas y fieras; un valiente capaz de escalar la torre más alta del castillo con tal de conseguir el amor de la chica. Esta chica, por supuesto, caerá a sus brazos nada más verlo aparecer, empapado de sudor y sangre. Nunca podrá negarse a casarse con él, y juntos tendrán cincuenta y ocho hijos, a los cuales cuidará en todo momento, sin quitarles un ojo de encima, pues son hijos del valentísimo caballero que luchó por su libertad.
No. A mí nunca me han gustado estos cuentos. Cuando era pequeñita y mi mamá me contaba la historia de Blancanieves, la de La Bella Durmiente o la de Rapunzel, yo me enfadaba tremendamente. ¿Por qué tenían aquellas historias que haber pasado tan lejos, hace tanto tiempo? ¿Por qué acababa todo bien? La bruja se caía por un barranco, la fiera se volvía buena, el dragón desaparecía… ¿Por qué las chicas no podían luchar ellas solas contra el dragón? ¿Qué sabía hacer el príncipe que la princesa no podía hacer? ¿Por qué los príncipes siempre eran hombres guapos, fuertes y valientes? ¿Qué es que en aquel país lejano no había nadie feo, débil y enfermo? ¿Por qué Blancanieves podía hablar con los animales y yo por más que lo intentara no? Y qué es, ¿que nunca se cansaba de fregar? La Bella Durmiente era una vaga, ¿siempre durmiendo? Eso no se lo creía nadie... Nunca había un cuento de princesas valientes que lucharan contra fieras terribles para defender a su pueblo. Siempre eran los príncipes. Los príncipes esto, los príncipes lo otro, los príncipes blablablá, los príncipes tururú.
Yo quería una historia en la que una chica morena, simpática, valiente y trabajadora recorriera el mundo, luchando contra malvados y protegiendo a los ciudadanos. Yo quería un cuento especial… Un cuento para mí sola. Un cuento que contara lo que yo quería. Yo quería mi propio cuento.
[E.Bueno]

jueves, 3 de noviembre de 2011

Él.

Suena el despertador. Las siete y media. Me levanto con una sonrisa en la cara. Pienso en todo lo que ha pasado. ¿Es cierto? ¿Ha ocurrido todo eso o sólo ha sido un sueño bonito? No. No ha podido ser un sueño. Era muy real. Él. Él susurrándome al oído. Él apartándome el pelo de la cara. Él acercándose poco a poco a mí. Él besándome dulcemente, despacio, con ternura. No. No ha podido ser un sueño, estoy segura de que todo fue real. Vuelvo a sonreír. Nadie me va a amargar hoy el día, me siento con ganas de todo, con la fuerza suficiente como para mover montañas. Es increíble como alguien puede hacerte sentir tan especial en tan sólo un segundo, como puede hacerte brillar de felicidad durante tanto tiempo. Es increíble lo perfecto que me resulta todo hoy. Es increíble. Él es increíble.

[E.Bueno]

lunes, 24 de octubre de 2011

Sólo él.

No lo entiendo. No me entra en la cabeza cómo puede ser posible. Le doy vueltas y vueltas y no lo consigo entender. ¿Cómo? ¿Cómo es posible que alguien tan diferente a ti, casi opuesto, te haga sacar la mejor parte de tu ser? ¿Cómo es posible que alguien tan distinto sea capaz de sacar tu mejor sonrisa cuando nadie más lo consigue? ¿Cómo es posible que a medida que se acerca la hora de verle te vayas poniendo más y más nerviosa única y exclusivamente por su culpa? Y entonces me acuerdo de él. De sus ricitos  brillantes, de su mirada dulce y cariñosa, de sus brazos cálidos y acogedores, de sus susurros a mi cuello, de sus labios húmedos besándome despacio. Y es como si algo, sin avisar, me golpeara la cabeza. Lo entiendo todo de repente. Entiendo por fin que si dos personas tan diferentes se entienden tan bien es porque están hechas la una para la otra. Entiendo por fin que le quiero. Entiendo por fin que para mí solo existe él.

[E.Bueno]

sábado, 15 de octubre de 2011

¿Qué es el amor?


¿Qué es el amor? Es curioso, nunca me lo había planteado. Y ahora que lo hago no sé contestarme. Amor. Cuatro letras que lo son todo. Amor. Una sensación que te eleva hasta las nubes. Amor. Eso que te acerca a alguien especial, a alguien desconocido que, poco a poco, o quizá de repente, se convierte en lo más importante que tienes en tu vida. Amor. Eso que te hace sentir un escalofrío por todo el cuerpo cada vez que él te roza sin querer. Amor. Aquello que te hace cometer locuras, que te transforma en alguien nuevo, que te permite soñar con los ojos abiertos. Amor. Esa dulce sensación de tenerlo todo, de poder con cualquier cosa si él permanece a tu lado. Amor. Eso que te hace verle como alguien perfecto, solo para ti. Amor.

[E.Bueno]

miércoles, 5 de octubre de 2011

Ella.

Ella, capaz de mover montañas por los que quiere. Ella, que nunca se rinde por mucho que caiga. Ella, cabezota donde las haya. Ella, borde a ratos pero siempre el alma de todo. Ella, que está ahí cuando no la necesitas pero que también permanece a tu lado cuando nadie te escucha. Ella que tan pronto te abraza como te da un puñetazo. Ella, que te hace reír y no te deja llorar nunca. Ella, con una mirada te lo puede decir todo. Ella, que con solo abrir la boca ya se está riendo. Ella, con altibajos a lo largo del día. Ella, perfecta en su imperfección. Ella, que hoy se nos hace mayor.


[E.Bueno]

martes, 4 de octubre de 2011

No había vuelta atrás.

Nada lo pudo parar. Se puso sus playeros favoritos, los ató con prisa, salió a la calle y echó a correr. Tenía que llegar a su casa antes de que llegara ella. Le quería pedir perdón, se había equivocado y se arrepentía. Quería decirle que era un estúpido, que le perdonara y que no lo volvería a hacer. Y lo consiguió. Consiguió llegar a tiempo, consiguió explicárselo todo, consiguió pedirle perdón. Pero era demasiado tarde. Ella ya no podía perdonarle, le había hecho demasiado daño, se había equivocado y no había nada que pudiera hacer para reconquistarla.

[E.Bueno]

viernes, 30 de septiembre de 2011

Un pequeño homenaje a este gran genio.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;



no hallar fuera del bien centro y reposo, 
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;



huir el rostro al claro desengaño, 
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;



creer que un cielo en un infierno cabe, 
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.



[Félix Lope de Vega]

domingo, 25 de septiembre de 2011

Sólo entonces.

Cuando veas sin mirar. Cuando sientas sin tocar. Cuando escuches y dejes de oír. Cuando te des cuenta de todo lo que tienes. Cuando sepas que hay alguien contigo. Sólo entonces sabrás que la vida tiene sentido, que no estás solo, que tienes apoyo. Sabrás lo que de verdad importa, descubrirás lo que de verdad vale, comprobarás que ellos siguen contigo. Cuando de verdad veas lo que sucede, cuando de verdad sientas lo que pasa, cuando de verdad escuches a los que te rodean, cuando de verdad confíes en los tuyos. Sólo entonces sabrás que tienes todo lo que importa. Sólo entonces dejarás de sentirte desafortunado.

[E.Bueno]

sábado, 24 de septiembre de 2011

Deseas.

Un charco de agua. Unas risas lejanas. Una niña que salta. Un agua fría y sucia que lo salpica todo. Y por un momento deseas volver a tener tres años. Deseas ser esa niña que salta en el charco con sus botas de goma amarillas, sin tener ninguna preocupación. Poder volver a patalear y gritar en medio de la calle sin que nadie te mire mal. Deseas que no te importe ir mojada y sucia. Tener en tus ojos esa inocencia y esa ricura que pierdes con el paso de los años. Que tu pelo, mojado por la lluvia, vuele sin importarte nada ir despeinada. Deseas que alguien te coja de la mano y te saque del charco. Que te lleve a casa y te cambie de ropa para que no te pongas mala. Que cariñosamente, te seque y te dé una taza de chocolate para que entres en calor. Quieres con todas tus fuerzas ser otra vez una niña. Y, solo por un instante, lo consigues.

[E.Bueno]

viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Cómo lo haces?

¿Cómo lo haces? ¿Cómo eres capaz de sacarme la mejor de mis sonrisas cuando estoy triste? ¿Cómo eres capaz de tranquilizarme cuando estoy nerviosa? ¿Cómo eres capaz de hacerme tan feliz con solo decirme “hola”? ¿Cómo eres capaz de hacer que mis ojos brillen como si fueran el sol? ¿Cómo eres capaz de hacerme saltar aunque esté agotada? ¿No puedes contestarme? Pues te contestaré yo. Eres capaz de sacarme mi mejor sonrisa cuando estoy triste porque solo con escuchar tu voz, soy feliz. Eres capaz tranquilizarme cuando estoy nerviosa porque tus ojos me transmiten una paz y una calma que nada ni nadie más consigue darme. Eres capaz de hacerme feliz con solo decirme “hola” porque el simple hecho de que te dirijas a mí me saca una sonrisa. Eres capaz de hacer que mis ojos brillen como nunca porque tu belleza imposible me deslumbra. Eres capaz de hacerme saltar aunque esté cansada porque hay algo en ti que me vuelve estúpida. Eres capaz de hacerme todo esto y más porque te quiero. Te quiero a ti. Te quiero.

[E.Bueno]

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Tú.♥


Hacía tiempo que no notaba esto. Esta alegría en mis ojos, este calor que recorre mi cuerpo y que me llega hasta las puntas de los dedos, estas ganas de reír que me entran cuando me hablas, ese temblor en mi voz cada vez que te digo cualquier cosa. Y es que no hay nada que me ponga más feliz que, después de un largo día, llegar a casa y ponerme a hablar contigo. Aunque no digamos nada, aunque nada sea importante. El simple hecho de que estés ahí, hablando de todo y de nada, dispuesto a escucharme, para intentar entenderme, lo es todo para mí. Y cuando yo meto la pata y tú simplemente te ríes me pregunto dónde has estado todo este tiempo, cuánto tiempo ha pasado sin que yo me diera cuenta de que tú existías. Puede que el resto de la gente no me entienda, que me mire mal pensando que estoy loca y que hablen mal de mí por todo esto. Y, ¿sabes? Puede que en otro tiempo me hubiera importado. Pero no. Ya no. No me importa lo que la gente diga porque tengo algo que me importa mucho más. Tu compañía. Tu comprensión. Tu cariño. Tú.

[E.Bueno]

jueves, 1 de septiembre de 2011

Mi verdadera herencia.

“Soy Tommaso, el abuelo de Carolina. Mi nieto Giovanni, o Rusty James, como lo llama ella, captura el mundo en una página en blanco. Yo también, sólo que uso otro tipo de papel: el fotográfico. El objetivo contiene el espacio que quiero inmortalizar; un círculo tan pequeño que, sin embargo, puede retener un momento mágico, irrepetible. La fotografía detiene el tiempo, vence el temor de que todo se pierda algún día. Es suficiente con un clic. Esa imagen y, sobre todo, lo que evoca serán nuestros para siempre. Ésa es la idea que siempre me ha gustado del arte de la fotografía. Los momentos que puedo compartir con los demás, con mi Lucilla sobre todo. En mi opinión, ella es una modelo bellísima. Un rostro que cambia con frecuencia de expresión y que inspira innumerables fotografías. Tendríais que verla. Tiene unos ojos indescriptibles. Todavía hoy me pierdo en ellos. Cuando la miro me siento seguro. Ella camina por la casa tranquila. Ordena las cosas, lee, se prepara un té, me habla. Y yo me siento feliz. Sé que podría morirme hoy mismo y me daría igual, porque he tenido todo cuanto deseaba. Mejor dicho, he tenido todo cuanto sabía que deseaba, porque a menudo nos equivocamos al desear las cosas. Creemos saber qué es lo mejor para nosotros y, en realidad, nos lo imponemos. Es el riesgo que uno corre cuando no se escucha realmente a sí mismo. Con mi Lucilla, en cambio, he aprendido a buscar lo que quería mi corazón. Así, cuando cojo mis fotografías, todas ellas, puedo reconstruir cada momento del viaje que he realizado con ella. Ella, que me ha enseñado a vivir y me ha convertido en una persona mejor. Ella, que nunca se rindió cuando estábamos desesperados porque no teníamos dinero. Se arremangó y, serenamente, empezó a construir, aprovechando lo poco que teníamos. Con el paso del tiempo, esas fotografías han acabado conteniendo una vida que hay que volver a mirar para sentirse de nuevo como en todos esos instantes que intenté detener. Sin perder nada. Incluso cuando dejemos de existir, esas fotos sabrán conservar lo que cuentan. Y los que aman podrán captar en cualquier momento ese matiz que, quizá, han perdido en el frenesí de la vida. Hago fotografías desde hace muchos años. Las conservo en unos álbumes que guardamos en el salón, y alguna que otra noche Lucilla y yo nos sentamos en el sofá para hojearlos. Cuántos recuerdos y alegrías, aunque también cierta tristeza por lo que ya no puede volver. No obstante, el placer consiste en mirarlas una y otra vez. Y, por encima de todo, en comprobar que nuestros rostros aparecen siempre, y verlos cambiar, una página tras otra. Ella y yo. Qué amor. El amor. Todavía recuerdo la primera vez que la vi. Ambos éramos muy jóvenes y yo, desde luego, muy torpe. Paseaba en bicicleta y la vi caminando de una manera que nunca he conseguido olvidar. Un paso hermoso, sólido y ligero al mismo tiempo. Un paso que reconfortaba. Lo primero que me pasó por la mente y que me asustó fue que podía perderla, que si no hacía algo entonces, en ese preciso momento, jamás volvería a verla caminando así. Tenía que lograr que se detuviese, inmortalizarla de algún modo. Pero no tenía nada para hacerlo, aparte de mí mismo. De manera que bajé de la bicicleta y me presenté. Al principio ella pareció asustarse un poco, pero acto seguido se echó a reír. Se echó a reír… En aquella época si un desconocido abordaba a una chica y entablaba conversación con ella, ésta tendía a mostrarse reacia, en parte por miedo a lo que pudiese decir la gente. Pero ella no. A pesar de que estábamos a plena luz del día, se echó a reír. Y habló conmigo. Y yo supe de inmediato que jamás podría estar sin ella. Así fue. He conocido a otras mujeres y nunca ninguna me ha parecido tan maravillosa como mi esposa. Cuando se rió, decidí que necesitaba a toda costa una cámara de fotos. Para fotografiarla a ella. Tuve que comprarla a plazos, con el dinero que gané con mi primer trabajo. Pero la compré. Y empecé a fotografiarla en todo momento, y ella se avergonzaba. Era hermosísima, incluso cuando me hacía muecas. Después, los paisajes, los objetos, mis otros seres queridos, nuestra hija, mis nietos, todo cuanto me rodeaba fue capturado también por el objetivo. La fotografía es mi manera de expresarme. También el dibujo, mi otra pasión, pero no es lo mismo que cuando pulso el disparador de la cámara. Cuando miro una foto veo un fragmento de mi vida y recuerdo perfectamente ese día. Luego sonrío. Sé que seguirán estando ahí cuando yo me haya marchado. Tal vez alguien que sepa mirar bien dentro de ellas pueda llegar a ver la sonrisa de mi alma. En caso de que así sea, serán mi verdadera herencia.”

[Carolina se enamora]

martes, 16 de agosto de 2011

Lo sé. No sé por qué, pero lo sé.


No. No necesito una fotografía para acordarme de los bellos momentos que he vivido. Ni necesito un video para recordar aquellas sonoras risas que tanto significaron para mí. Aquellas que vivimos en un banco perdido, en aquella ciudad helada. Puede que las personas que vivieron aquellos instantes conmigo ya no estén aquí, se hayan ido o simplemente nos fuéramos alejando poco a poco. Puede que aquellas risas que tanto sonaron ayer, hoy ya no las sienta nadie. Puede que esto sea una tontería y yo esté delirando; pero, por algún extraño motivo, sé que todo aquello permanecerá aquí. Que nada lo va a borrar. Que dentro de unos años miraré atrás y pensaré en todo ello sonriendo. Y, por encima de todo, sé que no necesitaré nada que me lo recuerde.

[E.Bueno]

lunes, 15 de agosto de 2011

Vive, ama, sueña y disfruta.


“- […]. En una ocasión me leyó algo precioso de un poeta que se llama Pablo Neruda.
Seguimos caminando mientras Rusty trata por todos los medios de recordar, después su voz se dulcifica:
- << Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre el blanco y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, las que convierten un bostezo en una sonrisa, las que hacen latir el corazón ante las equivocaciones y los sentimientos. >>
- Es precioso…
- Sí. Y, además, es cierto. Caro, los que mueren de verdad son los que no viven. Los que se reprimen porque los asusta el qué dirán. Los que hacen descuentos a la felicidad. Los que se comportan siempre de la misma forma pensando que no se puede hacer nada diferente, los que piensan que amar es como una jaula, los que nunca comenten pequeñas locuras para reírse de sí mismos o de los demás. Mueren los que no saben ni pedir ni ofrecer ayuda.”

[Carolina se enamora]

jueves, 11 de agosto de 2011

Amor.


“No me lo puedo creer. Es el amor. El amor con mayúsculas, el amor loco, esa felicidad absoluta, ese que desplaza a todos los demás por guapos que sean. Amor infinito. Amor ilimitado. Amor planetario. Amor, amor, amor. Tres veces amor. Querrías repetir esa palabra mil veces, la escribes sobre el papel y garabateas su nombre, pese a que, a fin de cuentas, apenas sabes nada sobre él.”

[Carolina se enamora]

miércoles, 10 de agosto de 2011

Un proyecto. Nuestro proyecto.


“Tom y yo hemos coincidido siempre en esta manera de ver las cosas. Mi Tom. El amor de mi vida. La persona con la que lo he compartido todo, que me comprende, y me hace reír y soñar. Vivir con él, levantarse todas las mañanas mirándolo a los ojos, compartir alegrías y penas, dificultades y sorpresas, además del deseo de seguir así un año tras otro, siempre juntos. Soy una mujer afortunada. Amo y me aman. Y la cotidianidad no ha menoscabado nuestra relación, no le ha restado magia. Nuestro amor ha ido evolucionando con el tiempo, ha sabido crecer gracias a nuestra voluntad. Porque las historias sólo funcionan con el esfuerzo, el sentimiento y la colaboración. No bastan las mariposas en el estómago, como dice a veces Carolina. Ése es el punto de partida. Luego es necesario el deseo de construir un proyecto. Nosotros lo hemos logrado. Y espero que mis nietos puedan vivir tanta belleza y felicidad.”

[Carolina se enamora]

viernes, 5 de agosto de 2011

La verdadera pérdida.

“No sabes lo que es la verdadera pérdida, porque ésta sólo se produce cuando amas algo mucho más de lo que te amas a ti mismo. Dudo que tú te hayas atrevido alguna vez a amar a alguien hasta ese punto. Cuando te miro no veo a un hombre inteligente, seguro de sí mismo; veo a un chulo que se caga de miedo. Pero eres un genio, Will, ¿quién puede negarlo? Nadie es capaz de comprender lo que tienes en lo más hondo, pero tú pretendes saberlo todo sobre mí porque has visto uno de mis cuadros y has despedazado mi asquerosa vida.”

[Carolina se enamora]

miércoles, 27 de julio de 2011

La verdadera belleza de una mujer.

“Para tener unos labios atrayentes, pronuncia palabras afectuosas. Para tener una mirada cariñosa, busca el lado bueno de las personas. Para estar delgada, comparte tu comida con el hambriento. Para tener un pelo precioso, deja que un niño lo acaricie con sus dedos al menos una vez al día. Recuerda, si alguna vez necesitas una mano, la encontrarás al final de tus brazos. Cuando envejezcas descubrirás que tienes dos: una para ayudarte a ti misma y otra para ayudar a los demás. La belleza de una mujer aumenta con el paso del tiempo. La belleza de una mujer no radica en la estética, la verdadera belleza de una mujer es el reflejo de su alma…”

[Carolina se enamora]

jueves, 16 de junio de 2011

Porque yo sola ya soy la naranja completa.


Sí. Lo haré. Cerraré los ojos y caminaré descalza. Suave, dulce, sintiendo la arena bajo mis pies. Sin pensar en nada, con la mente en blanco, lejos, en otro mundo. En mi mundo.
Porque sí. Porque él no es mi media naranja, porque yo ya soy una naranja entera. Porque no necesito a nadie para ser yo misma. Porque yo no dependo de lo que él diga. Porque soy independiente. Porque hago lo que hago porque quiero, y no porque él lo diga. Porque me siento libre. Porque lo soy. Porque ya puede el mundo llorar que hoy me siento con ganas de hacerlo y lo haré. Gritaré, soñaré, viviré, reiré, cumpliré. Y lo haré por mí. Por la naranja completa, y no por la media.
[E.Bueno]

miércoles, 18 de mayo de 2011

Una gota. Esa gota.

Una duda. Un momento. Una gota que hace que el vaso se llene. No era la más grande ni la más gorda. Simplemente lo llenó todo. Apagó la vela, desbordó el río, empapó momentos bellos y se llevó la felicidad. Y me arrastró con ella. Una gota pequeña, insignificante, pero capaz de desatar un desastre horrible en mi interior. Capaz de humedecer mis ojos, de borrar mi eterna sonrisa, de hacerme sentir un escalofrío que me baja por la espalda. Una gota que comienza la carrera por mis mejillas y hasta no llegar al suelo no se para. Una gota helada que refleja todos esos momentos vividos. Una gota que te dice que lo sueltes todo, que no aguantes más, que no sigas apretando, que no cargues con todo. Una gota que dejas escapar y que no limpias. Una gota a la que dejas que se lo lleve todo.

[E.Bueno]

sábado, 30 de abril de 2011

Soñar, la auténtica fuerza del amor.


¿Por qué la fuerza del amor es la fantasía, el deseo de amor que a veces la realidad transforma en una amarga desilusión? ¿Por qué el mero hecho de que un sueño se transforme en realidad constituye ya de por sí una decepción? ¿Por qué soñar es la auténtica fuerza del amor? Porque es la canción de un enamorado. Y mientras busca a la mujer todo va bien, se habla de amor y se sueña con él. Pero cuando la encuentra todo se acaba, sólo es cuestión de tiempo.
[Perdona pero quiero casarme contigo]

jueves, 28 de abril de 2011

Sí, lo sé. Soy cabezota. ¿Y qué?

- Pero niña, ¿qué haces con los ojos cerrados y con esa cara de felicidad?
- Pienso.
- ¿Piensas? ¿En qué?
- Puff... en algo que no ha sucedido y que estoy completamente segura de que nunca sucederá. Me gustaría que pasara pero sé que no pasará.
- Entonces... ¿por qué le das tantas vueltas?
- Me estoy imaginando como serían las cosas de otra manera, de manera que me favoreciera. Me gusta pensar en ello como si tuviera alguna oportunidad.
- Pero eso después te hará más daño. Lo sabes, ¿verdad?
- Sí, lo sé. Pero así por lo menos soy feliz durante unos instantes. Porque mientras estoy en mi burbuja, nadie salvo él me puede hacer daño. Porque en mi burbuja me siento bien, me siento fuerte. Me siento segura.
-Mira, haz como veas pero creo, sinceramente, que te estás engañando. Si esto te va a afectar así, pienso que él no te conviene para nada.
- Lo siento, llámame cabezota si quieres, pero ahora mismo estoy en mi burbuja y nadie me sacará de ella. Si vienes en otro momento igual puedes intentar razonar conmigo, ahora mismo no puedo, estoy ocupada.
- ¿Ocupada? ¡¡Pero si estás pensando en chorradas!!
- No perdona, estoy pensando en algo muy serio. Estoy pensando en él.


[E.Bueno]

martes, 26 de abril de 2011

Seré feliz.

¿Seriedad? Pero... ¿para qué? En un mundo lleno de personas serias... ¿habría acaso felicidad? ¿Habría cariño, ternura y amor? ¿Habría gente enamorada y niños corriendo tras un balón, divertidos y alegres, mientras sus madres los miran felices sentadas en un banco del parque? 
En un mundo lleno de gente seria y sin ganas de bromear, el cielo sería gris, las penas parecerían aún mayores, la alegría desaparecería de los ojos de las personas haciéndolas parecer ciegas, borrándolas del mapa, aprisionándolas y convirtiéndolas en clones. La gente estaría agobiada pensando todo el día en el trabajo, el trabajo, el trabajo y el trabajo y dejaría de lado cosas más importantes como la familia, los amigos y, aunque suene un poco egoísta, uno mismo. 
Pero... ¿sabéis qué? Igual estamos volviéndonos todos un poco serios, igual nuestros ojos están perdiendo esa felicidad característica de la gente viva, igual estamos olvidándonos de la gente, de nuestra gente. Igual el mundo está perdiendo su color y se está volviendo gris.
Por eso yo voy a aportar mi granito de arena. Voy a ser feliz, a desprender cariño y ternura y a perder la seriedad que hay todavía en alguna parte de mi interior. Voy a hacer tonterías, a saltar a la comba en el parque con los ojos vendados, a hacer muecas sin temor a lo que puedan pensar los demás, a gritar como una loca y a reír y llorar de felicidad. Voy a correr tras un balón no para darle e intentar ganar, sino para divertirme. Voy a olvidarme de mis complejos. En definitiva, voy a ser feliz.

[E.Bueno]

viernes, 15 de abril de 2011

Llantos, sufrimiento y dolor.

Y entonces me despierto. La luz que entra por la ventana hace brillar mi pelo ondulado sobre la almohada, haciéndolo parecer más claro de lo normal. Las sábanas, de un color azul cielo no llegan a tapar mis manos que, blancas como la cal, están colocadas delicadamente sobre el colchón. Poco a poco abro los ojos, poco a poco el terror se va apoderando de mí. Miro y no veo, busco y no encuentro, toco y no siento. No, no puede ser. Todo, absolutamente todo, ha sido un sueño. Tus besos, tus caricias, tus abrazos, tu ternura. Tus sonrisas, tus “te quiero”, tus miradas. Y entonces todo estalla. Como una pompa de jabón que un niño ha conseguido aplastar, como un globo de colores al que, sin querer, alguien ha reventado. Todo eso que hace un instante estaba ahí, todo eso que pensabas que estaría eternamente a tu lado ahora es polvo, cenizas, apenas un vago recuerdo de lo que era antes.
Un llanto surge del interior de mis entrañas, un llanto lastimero, capaz de abrasar a la más fiera de las bestias, un llanto del que cualquiera se compadecería, un llanto que grita por el amor perdido, un llanto que teme por la amistad que había. Un llanto que sufre por esa pompa de jabón, por ese globo de colores. Un llanto que recuerda todo aquello vivido a su lado, un llanto que te hace pensar en lo mucho que te has equivocado, un llanto que te desgarra por dentro, que te hace darte cuenta de todos tus errores. Un llanto que te abrasa como tú abrasaste a todos aquellos, a todos aquellos que no se lo merecían y por los que ahora estás pagando. Un llanto que te da la bofetada que te merecías y que te hace despertar de golpe de ese sueño hermoso del que pensabas que nunca despertarías.

[E.Bueno]

lunes, 11 de abril de 2011

Tú, mi color particular.

Rojo, verde, blanco, amarillo. Brochas, pinceles, lápices y rotuladores. Papel, cartulina, cartón y plástico. Todo vale, tráelo todo. Ayúdame con todos ellos. Mezcla colores, dame un blanco brillante para mi sonrisa, un marrón lleno de vida para mi pelo al viento, un rosita pálido para mis mejillas sonrojadas y un rojo lleno de vida para mis labios carnosos. Trae también barniz. Un barniz que me dé brillo, un barniz que haga relucir mis ojos, un barniz que transmita toda mi felicidad, un barniz que lo transforme todo, haciéndonos brillar a ti y a mi.
Pero, si por algún motivo no te apetece pintar mi mundo conmigo, puedes hacer otra cosa. Ven, abrázame, bésame. Sé tú mi pincel y mi pintura. Pinta una sonrisa en mi cara, haz que mi pelo se vuelva loco al viento, haz que me ponga colorada y que mis labios no se queden sin color. Con todo esto habrás conseguido hacer relucir mis ojos, transmitir toda mi felicidad y transformarlo todo mejor de lo que ningún barniz es capaz de hacer en este mundo. ¿Y sabes por qué? Porque me harás verdaderamente feliz, me harás sentirme bien, me sonrojaré de verdad y sonreiré contigo. Me harás sentirme, por un momento, como la musa inspiradora de un gran artista. Porque puedo vivir en blanco y negro, puedo vivir sin colores, pero no puedo hacerlo sin ti.

[E.Bueno]

Gracias

-Te brillan los ojos...
-¿Si?
-Sí. Pero, ¿por qué?
-Oh... estoy segura de que es gracias a ti.
-¿A mí?¿En serio?
-Sí, a ti. A tu sonrisa pícara, a tus ojos brillantes, a tu dulce olor, a tu preciosa voz. Y es que cuando estoy contigo siento que mis ojos se iluminan, que una sonrisa aparece en mi cara, que mi corazón se me sale del pecho y me siento más viva, mucho más alegre. Me siento bien; me siento, aunque solo sea por un momento, la chica más afortunada del mundo.
-Oh, vaya, ¿en serio?
-Sí, pero no sabes qué es lo peor. Lo peor es cuando te vas, o cuando no estás. Y es que cuando vas allí, lejos, con los demás, y me dejas aquí sola, siento como si me faltara algo. Es como si al mejor corredor del mundo le quitaras una pierna. Se sentiría aprisionado, dejaría de ser libre, ¿no? Pues así me siento yo, aprisionada, triste, gris.
-No sabía que pudiera llegar a importarle tanto alguien...
-Pues ahora ya lo sabes. Me parecía adecuado decírtelo. Sé que no será lo mismo pero es justo que lo sepas.
-Bueno, gracias por decírmelo.
-No. Gracias a ti por hacerme feliz. Gracias, en serio. Gracias.



[E.Bueno]

viernes, 18 de marzo de 2011

¿Qué tal estoy?

- ¡Hola! ¿Qué tal estás?
-¿Qué que tal estoy? Bien, bueno, aquí, dolida por no tenerte, sintiéndome vacía, temiendo que en algún momento se me escape por esta boquita un "te quiero", temiendo que mis brazos se eleven solos para abrazarte, poniéndome colorada cada vez que me miras, sonriendo como una imbécil cuando haces tus chistes tontos, haciendo como que no me importas cuando la gente nos pregunta algo sobre nosotros dos, poniéndome celosa cuando me hablas de ella, atando mis brazos con cadenas y apretando los dientes para no hacer o decir nada de lo que me pueda arrepentir, mirándote de reojo cuando creo que no te das cuenta, haciéndote entradas con la esperanza de que las veas y te acuerdes de mí, escuchando canciones bonitas que hablan de amor y que me suenan a ti, quedándome más de una hora seguida sin moverme ni nada mirando a las musarañas sin otra cosa que hacer que pensar en ti, oliendo las mangas de mi jersey que tras haberte robado tu chaqueta y haberla tenido puesta durante horas huelen a ti... Bueno, ya sabes... Estoy... ¿Cómo lo llama la gente? Ah, sí. Estoy ¡ENAMORADA!♥

[E.Bueno]

jueves, 10 de marzo de 2011

Miedo. Miedo a ti. ♥



Vivo. Sí, vivo. Vivo en un mundo en el que es más fácil decir “te odio” que decir “te quiero”. Vivo en un mundo en el que todos estamos atados con cadenas a lo que los demás puedan pensar. Pero, ¿por qué no romper esa regla? ¿Por qué no ser una excepción? Lo intentaré. Intentaré ser valiente y decirte que te quiero. Intentaré romper de una vez por todas esa norma asquerosa y oscura. Pero, que sepas que no prometo nada, que no soy fuerte y que igual no soy capaz a hacerlo. Que igual me entra el miedo y; que cuando vea que esto me supera, que me queda muy grande, lo dejaré. Porque tengo miedo, miedo a que todo se caiga y se desmorone; miedo a que, todo aquello por lo que poco a poco he ido luchando, se rompa y termine. Miedo a que me empiecen a correr las lágrimas por las mejillas y no pueda pararlas. Tengo miedo. Y aunque no quiera admitirlo, te tengo miedo a ti. ♥
[E.Bueno]

viernes, 4 de marzo de 2011

Un sueño, mi sueño♥

Y entonces, sin previo aviso, le miras, te mira, te ríes, te sientes por un pequeño momento cómplice de algo. Sientes un cosquilleo, una bomba, un tic-tac, un ruido tremendo en tu pecho. Te das cuenta de que es tu corazón, loco, libre, como se ponía tiempo atrás cuando apenas eras una niña y tus padres llegaban a casa con un regalo para ti. Por aquel entonces te habrías puesto a gritar y saltar alrededor de la caja. Pero esta vez, es diferente, no es como entonces, esta vez sientes que lo necesitas, no solo lo quieres sino que ahora también piensas que si algo cambiara allí afuera, en el mundo real, tu vida se pondría patas arriba. Y de repente algo en ese mundo de verdad te hace despertar, se te pasa por la cabeza todo lo que acabar de pensar y te sonrojas e intentas hacer callar a la máquina que tienes dentro de ti, a esa que hace tanto ruido, pues no quieres que él se entere. Lo piensas mejor. Bueno, en realidad sí que quieres decírselo pero temes un enorme rechazo, un cambio en vuestra relación, un giro que lo cambie todo. Y prefieres seguir mandándole indirectas. Quieres que se entere pero también temes decírselo directamente. La gente ya se huele algo, pero a ti, eso, te da igual. Exactamente igual. Tú lo que quieres es que él se entere. Que se entere y que te diga que te quiere. Que te abrace y ambos sonriáis. Y aunque sea un sueño tonto e imposible disfrutas pensando en ese; en tu sueño, en Él. ♥

sábado, 12 de febrero de 2011

La clave para la felicidad. ♥

 Y entonces empiezas a pensar... Te preguntas cosas que en realidad no buscas preguntar... Piensas que igual te estás confundiendo, que tal vez, en realidad, no es eso lo que quieres: pero ya es tarde... Lo ha conseguido, no solo ha entrado en tu cabeza, también te ha tocado el corazón. Y te das cuenta de que en realidad eso ya lo sabías desde hace mucho tiempo pero no te atrevías a decirlo. Te das cuenta de que quieres gritar, de que quieres que ÉL te oiga, de que quieres poder decirle por qué sonríes cuando te mira; de que quieres que cada día te mire, que le mires tú, que ambos sonriáis y que entonces os dé la risa tonta, esa tan bonita que tiene él y que a ti te gusta tanto, esa que te hace soñar cada momento. Y sueñas con poder decírselo, pero temes un rechazo, un no rotundo, temes que te quite el corazón para aplastarlo y pisotearlo, temes engancharse a esa droga a la que muchos llaman “amor”. Por otra parte también tienes miedo, miedo a que la gente no te entienda, a que crean que te has vuelto loca y que no tienes remedio, a que piensen que has cambiado. Y tú le das vueltas y vueltas a la cabeza y acabas, casi sin darte cuenta girando la cabeza con la mirada perdida y soñadora, acabas pensando en lo importante que se ha vuelto para ti y en lo mucho que le quieres ya. Acabas pensando en que tú no eres la que has cambiado, lo que ha cambiado es tu forma de ver el día a día, es tu estado de ánimo, es esa sonrisa en tu cara, esas ganas de decir: ¡Venga! ¡Qué no nos queda nada! Tú no eres otra, tu mundo es el que es diferente. Aunque el resto de personas del universo crean que todo sigue igual, aunque la gente siga sufriendo y temiendo, aunque la oscuridad siga existiendo. Tú ahora mismo estás en la cara iluminada de este mundo, estás feliz, dispuesta a todo, a pasártelo bien con tus amigas, a sonreírle al mundo, a vivir tu vida. ¿Y todo gracias a quién? Todo gracias a ellos: a tus amigos, a tu familia, a tus hermanos; aunque no lo sean de sangre. Y también gracias a él. Te das cuenta de que para ser feliz, para conseguir lo que muchos buscan desesperadamente, para conseguir la fórmula mágica de la felicidad, lo único que te hace falta es tenerlos a ellos. Y luchas por ellos, porque su felicidad te da a ti tu felicidad, porque su vida es tu vida, porque ellos son para ti lo que nunca nadie había conseguido y lo que nunca nadie volverá a conseguir. Porque ellos lo son todo y más para ti y porque te sientes a gusto con ellos, porque te sientes querida. Y ahí está la verdadera felicidad; en ellos, en su felicidad, en tu vida, en ti. ♥

[E.Bueno]

domingo, 30 de enero de 2011

¿La manera "adecuada" de actuar?

Y entonces te das cuenta de lo mucho que quieres a esa persona, de que no lo habías pensado así hasta ahora, pero que esa opción está ahí, persiguiéndote. Y aunque sacudas la cabeza intentando olvidarte de todo, ella se agarra a ti y no te suelta. Y tú sigues pensando en ello. Y poco a poco vas sintiendo esas hormiguitas que caminan por tus brazos, que llegan hasta las puntas de los dedos de los pies, que recorren tu cuerpo haciéndote cosquillas. Y poco a poco las comisuras de tu boca se levantan al pensar en esa persona, poco a poco sientes que es más que tu propia vida, poco a poco te das cuenta de que igual esto no es solo amistad, pero no lo sabes. Y tienes miedo a meter la pata, tienes miedo a cagarla pero bien, tienes miedo a sentir que ese lazo se rompe por un paso en falso que has dado. Y tiemblas por el nerviosismo, por el miedo, el terror, la inseguridad... Y cada día un nuevo hecho te confirma lo que ya temías, cada día una nueva acción, una nueva sensación. Y quieres poder sentir todo y nada al mismo tiempo, quieres sentirte especial, pero no puedes, no lo eres, no te lo permiten, ni ellos ni tú misma. No puedes permitírtelo, traicionarías muchas cosas, tienes que comportarte. Pero quieres ser salvaje, quieres hacerlo todo, quieres vivir. Y te preguntas: ¿Y ahora qué hago? ¿Vivo traicionando a toda esa gente o muero sin fallarle a nadie? ¿Me comporto como me de la gana o "de forma adecuada"? Sinceramente, creo que le daré tiempo al tiempo y esperaré a ver qué es lo que pasa.
[E.Bueno]

jueves, 27 de enero de 2011

Gente

Cuando miras alrededor ves a un montón de gente. Primero ves a todo esa paja, a ese montón de personas que te siguen por interés, que están contigo por estar, ves a esas personas que son como la sombra, que solo están ahí cuando hay sol. Pero te fijas más y ves a aquellos que verdaderamente TE QUIEREN. Ves a tus amigos de toda la vida, aquellos con los que siempre te llevaste bien. También ves a aquellas personas con las que empezaste bien y tuviste un gran bache pero que ahora sois como uña y carne. Y también ves a aquellas personas a las que te cayeron mal cuando te las presentaron, pero que poco a poco fuiste conociendo y que te fueron gustando cada vez más y más y más. Ves a aquellas personas que te hacen ser feliz, que te sacan una o dos o tres mil sonrisas al día, con las que casi te meas de la risa, aquellas con las que digas lo que digas no te van a mirar mal, porque ellos son como tú, raros, especiales, incompresibles para el resto de la multitud, aquellos a los que les gustas por como eres y no por interés. Aquellas personas por las que darías tu vida, por las que lo darías TODO y más. Porque por ell@s lo doy todo, porque ell@s han conseguido que mis momentos amargos fueran un poco más dulces, porque ell@s me protegen hasta de mí misma, porque ell@s me quieren de verdad. POR ELL@S y POR NOSOTROS, POR SIEMPRE!!

martes, 25 de enero de 2011

PequeñasCosas

Una mirada que te enamora, una canción que suena trayéndote a la mente aquel instante, un color que te hace soñar, un olor que te hace volver a aquel momento, una risa que te hace recordar, unas fotos guardadas bajo llave, un corazón que palpita enloquecido, una mano que coge la tuya, una caricia que te hace suspirar...
Pequeñas cosas que pueden mover tu mundo, que pueden hacerte sacar esa sonrisa que tenías olvidada, pequeñas cosas que te vienen a la mente así sin más pero que según vinieron, así se van.
Pequeñas cosas que pueden hacer grandes mundos a los que poder escapar.