jueves, 29 de diciembre de 2011

Confesiones de invierno.

- Cada alma es un mundo entero. El alma de cada persona reside en su corazón. En el alma de una persona están guardados sus secretos y temores jamás confesados, sus deseos más profundos y sus mayores debilidades. Cuando nos enamoramos damos nuestro corazón a otra persona, le entregamos nuestra alma y, con ella, todos nuestros secretos, temores, deseos y debilidades quedan al descubierto. Dos personas enamoradas no tienen la necesidad de hablar para entenderse. A dos personas enamoradas les basta con una mirada para decirlo todo. Y es que cuando te enamoras de alguien tu alma se funde con la suya, vuestros corazones se unen para formar uno más grande, más poderoso. Un corazón indestructible. Bueno, miento. Un corazón que solo vosotros mismos podréis dañar. Pero hay que tener cuidado con él, pues si se destruye el dolor será indescriptible, enorme, os dejará hechos polvo y os reducirá a cenizas.
- Si es verdad eso que dices me he equivocado muchas veces. Nunca he estado enamorada de verdad, nunca he vivido nada parecido, nunca he llegado a tener esa compenetración con nadie. Nunca he formado un corazón indestructible. He querido a mucha gente, he pensado que me había enamorado muchas veces, pero estoy completamente segura de que nunca me he enamorado de nadie.
- No pasa nada. Te queda mucha vida, mucho tiempo por delante para enamorarte y engañarte, para sufrir y volver a enamorarte, para formar corazones y deshacerlos y volver a construirlos de nuevo. 
- Puede que tengas razón…
- Puede que algún día hasta podamos hacer uno nosotros dos, juntos…
- ¿Cómo has dicho?
- Nada, nada, no he dicho nada…


[E.Bueno]

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