Como peces
en una pecera de cristal. Como flores en un jarrón de barro. Como animales
salvajes en un zoo. Como mariposas cazadas por un niño travieso. Como letras en
un papel escrito. Como las lágrimas contenidas del valiente. Como las palabras
que jamás verán la luz del sol. Como los secretos más profundos de uno. Encadenados,
atrapados, condenados. Pero hagamos un poco más corto nuestro cautiverio. Sé tú
el agua que da la vida al pez. Sé la luz que ilumina las flores. Sé el aire que
mueve mi pelo. Sé el despiste que deja libre a la mariposa. Sé la voz que da la
libertad a las palabras. Sé mi libertad. Sé el motivo de mi sonrisa. Sé el
brillo de mi mirada. Haz que me sienta un poco más libre en mi pecera, que siga
con mis colores vivos aun estando en el jarrón, que mis cadenas estén un poco
más flojas, que la red se deshilache dejándome suelta. Haz que, aun estando
enjaulada, me sienta libre.
[E.Bueno]
Es bueno sentirse libre, pero incluso es mejor serlo. Creo que la libertad hay que buscarla y si, como tú dices, la encuentras en una persona, enhorabuena. Sé libre y sé feliz. Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, para tener algo hay que buscarlo, ya sea la libertad o cualquier otra cosa. Y, si alguien hace que me sienta libre y feliz, si me hace sentir especial, ¿por qué no lo voy a aprovechar?
EliminarMuchas gracias por leer mi blog y otro abrazo para ti.