Y entonces te das cuenta de lo mucho que quieres a esa persona, de que no lo habías pensado así hasta ahora, pero que esa opción está ahí, persiguiéndote. Y aunque sacudas la cabeza intentando olvidarte de todo, ella se agarra a ti y no te suelta. Y tú sigues pensando en ello. Y poco a poco vas sintiendo esas hormiguitas que caminan por tus brazos, que llegan hasta las puntas de los dedos de los pies, que recorren tu cuerpo haciéndote cosquillas. Y poco a poco las comisuras de tu boca se levantan al pensar en esa persona, poco a poco sientes que es más que tu propia vida, poco a poco te das cuenta de que igual esto no es solo amistad, pero no lo sabes. Y tienes miedo a meter la pata, tienes miedo a cagarla pero bien, tienes miedo a sentir que ese lazo se rompe por un paso en falso que has dado. Y tiemblas por el nerviosismo, por el miedo, el terror, la inseguridad... Y cada día un nuevo hecho te confirma lo que ya temías, cada día una nueva acción, una nueva sensación. Y quieres poder sentir todo y nada al mismo tiempo, quieres sentirte especial, pero no puedes, no lo eres, no te lo permiten, ni ellos ni tú misma. No puedes permitírtelo, traicionarías muchas cosas, tienes que comportarte. Pero quieres ser salvaje, quieres hacerlo todo, quieres vivir. Y te preguntas: ¿Y ahora qué hago? ¿Vivo traicionando a toda esa gente o muero sin fallarle a nadie? ¿Me comporto como me de la gana o "de forma adecuada"? Sinceramente, creo que le daré tiempo al tiempo y esperaré a ver qué es lo que pasa.
[E.Bueno]